Cerca del primer año los niños son capaces de agarrar una crayola
y hacer marca en una superficie o papel. Pregúntenle a Karen de Mi Escuelita
Montessori, que Miltín le quería hacer un grafiti en su club, cuando fuimos a visitarla
el sábado. Desde este momento ellos van desarrollando el control manual y el
agarre para hacer trazos y llegar hasta la escritura.
Claro, hago la aclaración que para que el
desarrollo de la mano se de correctamente hace falta que el niño haya gateado,
ya que esto les ayuda a que sienta tactilmente la palma que está viendo. Esto tiene una
serie de ventajas de manualidad fina que luego influirán en la escritura.
Además, al masajear la palma de la mano, ésta envía información al cerebro de
dónde está y de las diferentes sensaciones y texturas que siente. Al
gatear el niño apoya su peso en las palmas de las manos y soporta esa tensión
en las articulaciones de las muñecas, de los hombros, de la columna vertebral,
de los fémures y de las caderas, de esta forma percibe la oposición de la gravedad y
aprende a manejarse con ella.También, se desarrolla la coordinación ojo-mano, la distancia de los ojos y la mano es parecida a la que habrá entre sus ojos y
la mano cuando vaya a escribir o leer posteriormente.
Aquí unas fotos del bebo en sus primeros pasos hacia la escritura.
Los diferentes agarres
son:
- Presa cilíndrica o presa palmar supinada
- Presa digital pronado
- Pinza cuadrípode
- Pinza trípode
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